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¿Cómo cuido la piel en las grandes ciudades y evito los efectos nocivos de la contaminación?

¿Cómo cuido la piel en las grandes ciudades y evito los efectos nocivos de la contaminación?

Para aquellos a los que les gusta el ritmo frenético, vivir en las grandes ciudades puede parecer un paraíso, pero no lo es tanto. Los altos niveles de contaminación, por ejemplo, son muy comunes en estas áreas y dañinos para el cuerpo, incluida la piel.

 

Lo que sucede es un tipo de inflamación crónica en las células de la piel por el contacto con partículas oxidantes presentes en el aire contaminado. Con esto, con el tiempo, se produce un envejecimiento prematuro, que se caracteriza por un aumento de la flacidez, las arrugas y las manchas.

 

Y no se queda ahí: Lidiar con el estrés y pasar mucho tiempo bajo luz artificial también son factores muy comunes en la vida urbana y tienen efectos negativos en la piel. El primero de ellos puede causar acné, y el segundo tiene que ver con la aparición de manchas por el mayor uso de computadoras, tabletas, celulares, etc.

Evitar efectos nocivos

 

Por eso, cuando vives en ciudades, es importante saber cuidar tu piel y protegerla de los más diversos riesgos. Una de las recomendaciones más importantes es lavarse la cara con jabón para este fin dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche. Para que la eliminación de imperfecciones sea más efectiva al final del día, puedes usar un desmaquillador o una loción limpiadora antes del jabón.

 

Con la transferencia cada tres horas, aplicar protector solar es otro hábito que es capaz de prevenir el envejecimiento prematuro. No debe aplicarse sobre la piel sucia y por tanto requiere una limpieza previa. Los últimos incluso contienen antioxidantes, como las vitaminas C y E, que reducen la inflamación causada por factores externos en las células.

 

Si el objetivo es mantener la salud de la piel, tampoco se puede descuidar la hidratación, y ésta debe hacerse con una crema hidratante específica para el nivel de grasa de la zona. Por ello, se debe diseñar una rutina de cuidado de la piel de forma individual para cada persona previa valoración por un dermatólogo.

 

Todavía es necesario recordar que una dieta equilibrada afecta a todo el organismo. Por ello, beber de dos a tres litros de agua diarios ayuda a mantener una piel sana, así como comer variedad de frutas, verduras y hortalizas y priorizar las carnes blancas.

 

Dado que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano y actúa como una barrera contra la entrada de microorganismos, bacterias, hongos y muchas otras enfermedades, es necesario tener todas estas preocupaciones, al final solo estando saludable se podrá para realizar su función de manera eficiente.

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